CAYENDO EN LA TRAMPA - EL PODER INTERIOR

Cuántas personas de las que han llegado a esta lectura gracias a este vídeo publicado en youtube, se han imaginado lo peor sin saber de qué se trata esto? Cuántos de ustedes han juzgado a priori? Cuántos dejaron algún comentario sin saber qué debían o que no debían comentar? 

Una de las trampas más grandes que existen y en las que caemos con total facilidad simplemente porque no la conocemos, es la trampa de creer que al leer algo ya sabemos, entendemos, comprendemos y que por consiguiente, nuestra vida se transforma.

Entonces leemos algo que nos hace caer en cuenta de algún aspecto en el que nunca habíamos reparado anteriormente y con total facilidad, caemos de nuevo en las promesas que nunca o casi nunca cumplimos.

“Ahora sí lo haré”, “esto era justo lo que necesitaba leer”, “ya no postergaré más mis decisiones”, "ahora sí estoy preparado(a)" y así con una interminable lista de “frases motivadoras” que cada uno de nosotros suele decir cuando lee o ve o escucha algo que – tal vez – no había escuchado anteriormente y que le muestra una faceta o rasgo de sí mismo que le era desconocido.

Pero les tengo malas noticias. Esas “palabras bonitas”, en el 99% de los casos, no pasan de ser tan solo eso, “palabras bonitas” y casi siempre, quienes más se juran a sí mismos que cumplirán sus anhelos, sus sueños y sus deseos, son quienes primero que todos los demás, abandonarán sus intentos con mayor facilidad.

De hecho, estamos tan cegados que muchos de los que lean este escrito, caerán de nuevo en esta trampa que les trato de hacer ver y de nuevo no serán capaces de verla y una vez más, en lugar de cuestionarse seriamente a sí mismos, se dedicarán a escribir todo aquello maravilloso que "ahora sí" serán capaces de comenzar a hacer.

Es más, quiero pedirles un pequeño favor. No hagan ningún comentario. No escriban nada, no prometan nada. Que lo que sea que prometan, quede tan solo para ustedes y que sea algo que así les cueste su propia vida, sean capaces de cumplirlo. Si lográramos hacer todo de esta manera, cuanto cambiaría nuestra situación actual. 

La sinceridad con nosotros mismos es algo que raya en lo imposible y lo es de esta manera porque cuando hablamos, no sabemos quién en realidad habla por nosotros. Hoy tengo las emociones en el punto más alto y me digo a mi mismo(a) que "voy a conquistar al mundo". 5 minutos después, me digo "bueno, hoy no, pero mañana sí...". Y mañana, cuando esas voces que el día anterior me impulsaban no se encuentran presentes, me desanimo por completo con total facilidad.

Tal vez muchos de ustedes hayan tenido la oportunidad de darse cuenta de esta situación, pero no saben qué hacer al respecto, ni como salirse del vaivén de una vida que se decide sin mi consentimiento, sin mi participación y que me hace querer una cosa completamente diferente cada 5 segundos. 

Como lo he escrito en otras ocasiones, la respuesta solo está en los libros, o en los audios o en los conocimientos o en la experiencia de otras personas, solo cuando soy capaz de pasar de la teoría a la práctica. Sin embargo y para evitar equivocaciones, la verdadera respuesta siempre se encuentra en el único lugar en donde nunca la buscamos. Quienes no sepan donde queda ese lugar, se los dejaré como "tarea de investigación".

Sé bien que – como lo ha escrito alguien con otras palabras – este texto será “otro baldado de agua fría” que caerá sobre aquellos que lo lean, pero prefiero escribirles acerca de lo que conozco de la forma de ser, actuar y pensar de los seres humanos, que engañarles con palabras melosas y bonitas que no les servirán para nada.

Hace ya un buen tiempo, alguien que me conoce en mi vida personal, me preguntó que por qué no contemplaba la posibilidad de crear “una escuela” para que las personas aprendieran lo que esta persona cree que yo sé. Recuerdo muy bien que le miré fijamente a los ojos y le dije lo único que puedo decir en esos casos: “no soy un maestro como para tener una escuela y si algún día tuviera una, en menos de una semana todos los alumnos habrían salido corriendo despavoridos”. 

Con cara de extrañeza esta persona me preguntó, “por qué?” y mi respuesta fue igual de simple, “si quieres ahuyentar a alguien de tu lado y hacer que se convierta en tu peor enemigo, simplemente comienza a mirar tu propia mentira, tus propias justificaciones, tus propias excusas, tu propia incapacidad y cuando lo hayas hecho, comienza a invitar a esa otra persona a ver su propia mentira, comienza a quitarle sus justificaciones, sus excusas y comienza a hacerlo que se enfrente a su propia incapacidad. Eso sería lo que haría si tuviera una escuela y lo único que conseguiría de esa forma, sería llenarme de enemigos sin necesidad, aparte de que la inmensa mayoría de personas no sería capaz de entender el verdadero propósito de algo semejante”.

Entonces bien, a través de estos escritos, trato de cierta manera y con mucho cariño y suavidad, de hacerles ver parte de sus propias mentiras que les son desconocidas. Y lo hago porque las he visto primeramente en mí. Si no fuese así, jamás pretendería hacer que ninguno de ustedes tratara de ver algo que yo no hubiese visto antes en mi propia vida.

Son muchas las cosas - por no escribir que son todas las cosas - que la inmensa mayoría de personas desconoce por completo acerca de la manera como funcionamos los seres humanos. Y en realidad nadie es verdaderamente culpable de ello. Vivimos en una (ir)realidad en donde el sueño nos atrapa por completo y literalmente estamos completamente dormidos, así equivocadamente creamos que esto no es nada más que una “mentira más de la nueva era”.

Por otra parte, si escribo esto es porque lo he vivido en mi propia vida. Lo he visto una y mil veces hasta el cansancio y todos los días lo sigo viendo en mi diario existir. Esto solo significa una cosa que de paso explica un poco el por qué no acostumbro a recomendarle ninguna clase de libro a ninguna persona. Todo lo que comparto a través de este canal, corresponde por completo a mi propia experiencia de vida. No me copio de otros libros, ni de otros autores, ni de otras personas. 

Lo que trato de compartir, no es nada más que el fruto de mi propia búsqueda.

Ahora, me hace eso acaso ser superior a alguien? Por supuesto que no. De hecho, esto tan solo me ha servido para ver en mí, mi propia incapacidad, mi propio sueño y cuan lejos estoy de mi propio despertar. 

Tal vez soy yo quien más profundamente duerme, por encima de todos ustedes y tal vez aún no me he dado cuenta de ello. Pero por lo menos hoy en día, esto ya me genera una pregunta y cuando se tienen preguntas, si esas preguntas algún día logran causar un profundo dolor, entonces es muy probable también, que algún día, comiencen a aparecer las respuestas.

Por tal razón, POR FAVOR, no crean en nada de lo que les escribo si no son capaces de comprobarlo por sí mismos. Quien cree todo lo que lee sin intentar comprobarlo en carne propia, es alguien que nunca logrará conseguir nada de valor para su propia vida.

Por último, quiero dejarles una reflexión adicional. Sé bien que muchos de ustedes me ven como algo que no soy. Me llaman maestro y me consideran de esa forma. Pero debo escribirles algo, los maestros no existen o por lo menos no se encuentran afuera de ninguno de nosotros y es un error aferrarse a las enseñanzas de aquellos a quienes llamamos "maestros", porque bien podría, por lo menos en mi caso, dar por terminado mi trabajo en este lugar virtual de la Internet y desaparecer por completo con el tiempo, de la memoria de cada uno de ustedes. Entonces, por favor, no extrañen nada de mí. Ni los escritos, ni los audios, ni los comentarios que hago. Muchos menos pongan o depositen o coloquen "su fe" en esta persona que les escribe. Nada de lo que yo diga o haga es en verdad importante. Lo que cada uno de ustedes sea capaz de hacer por sí mismo, eso sí es en verdad lo que tiene un gran valor. Espero que reflexionen un poco acerca de esto.

Un buen día para todos.

NOTA FINAL: A raíz del anterior escrito publicado en el blog y que quienes no conozcan pueden leer haciendo clic aquí, 7 personas de las preseleccionadas renunciaron a la oportunidad que les he ofrecido de poder mejorar sus finanzas personales y alcanzar la libertad financiera, con base en su propio esfuerzo. Cada una de estas personas expuso motivos diferentes para justificar su renuncia, pero en el fondo todos fueron muy similares. Con toda sinceridad le escribo a aquellos que han renunciado, que no fueron los motivos que argumentaron lo que los hizo renunciar. Fue el miedo de salirse de su propia comodidad lo que en verdad les hizo huir. Los estoy juzgando por ello?, por supuesto que no. Al fin de cuentas, nadie más aparte de mí, sabe a quienes me estoy refiriendo. Simplemente los invito a que miren adentro de sí mismos sin ninguna clase de excusa o de compasión hacia ustedes, para que - tal vez -, puedan darse cuenta de ese miedo profundo que les ha hecho huir y que con seguridad les hace huir a menudo en su propia vida, frente a cualquier clase de reto que se les presenta.