EL TAMAÑO DE TUS SUEÑOS - EL PODER INTERIOR

POR FAVOR, LEAN CON ATENCIÓN

Cuál es el tamaño de tus sueños? cierra tus ojos por un momento y hazte esa pregunta.

Normalmente, nuestros sueños determinan en una enorme medida lo que es nuestra vida, nuestra realidad. Quien sueña en grande, vive en grande. Quien sueña en pequeño, vive en pequeño.

A lo largo de mi vida he encontrado en infinidad de ocasiones, a toda clase de personas que siempre se expresan en diminutivo. “Vivo en una casita”, “tengo un carrito o cochecito o motico”, “tengo un esposito o esposita”, “tengo unos hijitos”, “tengo un trabajito”, etc.

Es como si a todas esas personas les diera miedo soñar en grande y de hecho, a muchas de esas personas les cuesta trabajo pensar en grande. “Vivo en una mansión”, “tengo el carro o automóvil o motocicleta más fina que existe en mi país”, “mi esposo o mi esposa es un modelo de ser humano”, “mis hijos son lo mejor de lo mejor”, “tengo el mejor trabajo del mundo”, etc.

Soñar es necesario si queremos crear una realidad hecha a nuestra medida.

Lamentablemente, se nos ha enseñado desde tiempos inmemoriales, que ser pobre, humilde, sencillo, sin nada en los bolsillos, “es bueno, es agradable a Dios”.

La religión sin importar como se llame tiene una cuota muy alta de participación en la pobreza con que viven la inmensa mayoría de personas en este planeta.

Solo por poner un ejemplo, en la religión cristiana, católica, se nos enseña que Jesús de Nazaret, era un hombre pobre, humilde, etc., pero rara vez se nos enseña que ese Jesús de Nazaret era hijo de un carpintero y familiar en línea directa del Rey David, padre a su vez del Rey Salomón. 

En otras palabras, Jesús de Nazaret era descendiente de reyes. Piensa un poco por ejemplo, en quién es la Reina de Inglaterra hoy en día? Ella es descendiente de reyes. Toda su familia ha estado desde siempre sentada en un trono real. 

Entonces, extrapolando esta idea, podemos ver que Jesús de Nazaret, no era “un pobre hombre” que no tenía nada que comer. Su padre José, era carpintero, en una época en donde la mayoría de personas no sabían hacer nada más que cazar para comer, lo que significa a su vez que José, vendría siendo hoy en día algo así como un ingeniero con conocimientos que no todos a su alrededor poseían.

Otro ejemplo más distante, es el de Siddhartha Gautama, más conocido como Buda. También hijo de reyes y estos dos personajes, tan solo por nombrar algunos de los más representativos en el mundo de las religiones, renunciaron a todo lo que poseían, pero lo hicieron porque estaban preparados para hacerlo, más no porque fuese alguna clase de pecado o delito el tener o poseer lujos y comodidades.

Por motivos políticos que no vale la pena entrar a detallar, en el caso de la historia bíblica cristiana, se le inculcó a las personas que – por ejemplo – tener dinero “era malo, era un pecado”. 

Sin embargo, ninguno de los jerarcas de la iglesia católica o cristiana, renuncian a ninguna de sus comodidades, pese a que permanentemente le enseñan a sus fieles seguidores, que la pobreza es el camino que los llevará a eso que llamamos Dios.

Entonces, por qué no pensar en grande, por qué no soñar en grande?

Otra de las ideas que se nos ha vendido de generación en generación, es que “no hay suficiente para todos”. Entonces constantemente creemos que el dinero no alcanza para todos, la comida no alcanza para todos, el aire no alcanza para todos y así sucesivamente con absolutamente cada cosa que podamos imaginar.

Billones de personas pensando cada día de esta forma, han creado esta realidad que conocemos y en la cual vivimos, luego no es de extrañar que este mundo tal cual lo vemos, no sea todo lo hermoso y maravilloso que debería ser.

Ahora bien, sumado a todo lo anterior, se encuentran varios obstáculos que impiden de manera determinante, que algo diferente pueda suceder en nuestra propia vida.

1.) Somos incapaces de darnos cuenta de lo que pensamos, pese a que creemos que sabemos que es lo que pensamos.

2.) Somos incapaces de controlar lo que pensamos, pese a que creemos que podemos controlar nuestros pensamientos.

3.) Por causa de 1 y de 2, no podemos sostener un pensamiento diferente por largo tiempo, a fin de que nuestra realidad pueda cambiar por completo.

Este último punto, que es vital para que algo diferente pueda transformar la realidad individual y colectiva de este planeta, simplemente no se cumple y con facilidad cada uno de nosotros puede ver, si se lo propone, el trabajo que cuesta cambiar los mismos pensamientos repetitivos que tenemos en la vida y que determinan lo que nuestra vida es.

Por poner un ejemplo, tú eres de esas personas que a diario te dices a ti mismo que eres pobre o que estás enfermo o que eres viejo y ya no sirves para nada. Miras tu realidad y efectivamente tu realidad te muestra que eres pobre o que estás enfermo o que eres viejo y ya no sirves para nada. Durante años esto ha sido lo que has visto y vivido. No conoces nada diferente. No conoces otra manera de vivir.

Entonces, un día cualquiera, te encuentras con un escrito como este que estás leyendo y te dices a ti mismo(a), “cómo no lo había leído antes?, es tan fácil transformar mi vida. Hoy mismo comenzaré a cambiar mi manera de pensar”. Dicho lo anterior, comienzas tu intento de transformar tus pensamientos en algo diferente.

“Soy un hombre rico”, “soy una persona próspera”, “soy una persona completamente saludable”, “soy una persona llena de energía, de vitalidad, de juventud”, son algunas de las frases que comienzas a repetirte como parte de ese propósito que te has establecido para ti.

Sin embargo, al segundo día (suponiendo que seas capaz de mantener y de fijar estas ideas en tu mente por más de un día), te levantas por la mañana y te das cuenta que tu realidad sigue siendo la misma. Sin dinero, sin salud, sin juventud ni vitalidad.

Entonces automáticamente, todos tus viejos pensamientos, aparecen de nuevo y aparecen de nuevo porque no sabes ni tienes la más mínima idea sobre cómo poner un orden en todo lo que piensas, a pesar de que equivocadamente crees que puedes hacer algo como esto.

Pasado lo anterior, todo sigue como ha sido siempre. Pobreza, enfermedad, vejez.

Y tú forma de ver la vida, sumada a la forma en que billones de otras personas ven la vida, componen la realidad de este mundo. A esto súmale lo que piensas acerca de la situación del mundo, de la guerra, del hambre, de la miseria, de los políticos corruptos, etc.

Entonces, y volviendo al inicio de este escrito, cuáles son tus sueños?

Cuando logres ver la respuesta a esta pregunta con claridad, podrás mirar a tu alrededor y ver entonces si tu vida es lo que tú has formado o si aún sigues creyendo que tu vida es lo que es simplemente porque “Dios no te ama” o porque “no hay suficiente para todos”.

Pues bien, tal vez llegado a este punto, te digas a ti mismo que puedes comenzar a ver una salida para tu propia situación y con seguridad que toda situación tiene siempre una salida si tan solo la buscamos y es aquí donde comienza la siguiente parte necesaria para que una realidad cualquiera pueda transformarse en algo completamente diferente.

Ya sabes que debes soñar diferente, que debes pensar diferente y luego qué?

Sueños sin acción, nunca dejarán de ser tan solo sueños y nada más.

La mayoría de personas que logran salirse de la trampa de sus sueños de pobreza y de escasez en todos los sentidos, caen en la siguiente trampa que es la de creer que “todo les caerá del cielo sin mover un solo dedo”.

Por favor, olvídense de una vez por todas y para siempre de esta última idea. En esta realidad podemos tener todo cuanto queramos tener, pero nunca podremos tener todo cuanto queramos tener, si primero no nos movemos en la dirección hacia donde apuntan nuestros sueños, si primero no nos esforzamos como debemos esforzarnos para hacer realidad aquello que soñamos.

Si toda tu vida has sido lustrabotas y toda tu vida sales a la misma hora a hacer el mismo trabajo que has hecho y que nunca te ha servido para cambiar tu situación económica, entonces simplemente debes entender que nada cambiará para ti si sigues trabajando de la misma forma en que siempre has trabajado.

Si toda tu vida has sido lustrabotas y toda tu vida has vivido en la pobreza, es el momento de que comiences a hacer algo completamente diferente y es aquí donde aparece la siguiente dificultad enorme para cada ser humano: NO NOS GUSTA CAMBIAR, SOMOS PASIVOS, PEREZOSOS, SIEMPRE NOS ACOMODAMOS A LAS CIRCUNSTANCIAS Y SITUACIONES Y SALIRNOS DE LO QUE CONOCEMOS, ES ALGO QUE NO SOMOS CAPACES DE HACER.

Dijo alguna vez Albert Einstein “No esperes resultados diferentes si siempre haces lo mismo”.

Ahora bien, puede suceder que seas de esas personas que se levanta a trabajar cada día a las 4 de la mañana y regresa a su casa a las 10 de la noche cada día, extenuado, agotado y que te digas a ti mismo, "hey, esto no es cierto. Trabajo como un burro cada día de sol a sol y aún así no tengo nada". Pues bien, no es la cantidad de trabajo lo que determina la cantidad de beneficios que podemos recibir.

Es la calidad de trabajo y la inteligencia con que somos capaces de trabajar, lo que nos permite acceder a niveles diferentes de ingreso y esto es algo que muchas personas aún no han podido entender.  

Entonces una vez más, revisa lo que a diario haces en tu vida y mira de nuevo si tu vida es el fruto de lo que haces a diario o si, por el contrario, una vez más crees que tu vida es como es, simplemente porque “Dios no te ama”.

No son preguntas fáciles de hacerse, porque por lo general esta clase de preguntas nos confrontan con nuestra pereza, nuestra incapacidad, nuestra falta de amor propio, nuestra falta de esfuerzo, nuestra falta de acción y por último, nos confrontan con nuestra incapacidad de creer firmemente y sin dudar en que cada uno de nosotros puede construir la vida que desee construir para sí mismo sin importar las condiciones que le rodean.

Otra frase que me encanta traer a colación cada vez que me es posible, es una frase dicha por Bill Gates, uno de los hombres más ricos del mundo, “nacer pobre no es tu culpa, morir pobre si lo es” y aquí quiero hacer hincapié en algo muy importante. La pobreza no es solo económica, no es solo de los bolsillos. La pobreza lo permea absolutamente todo. Pobreza física, pobreza afectiva, pobreza mental, pobreza de pensamientos, pobreza de sentimientos, pobreza de salud, pobreza de energía, etc.

La pobreza lo abarca todo y si morimos pobres en algún área de nuestra vida, como lo afirma Bill Gates, será tan solo nuestra responsabilidad.

Finalmente quiero mencionar algo muy importante para las personas que recibirán uno de los regalos que espero entregar muy pronto. Si has llegado acá por primera vez y no sabes de qué se trata esto, entonces te invito a que leas toda la información relacionada que se encuentra haciendo clic aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aqui.

Cada una de las personas que gane alguno de los regalos que pienso entregar, deberá esforzarse tal vez como nunca lo han hecho, para alcanzar la libertad financiera que esperan alcanzar. Si se imaginan – y esto ya lo he escrito en otras ocasiones – que les daré “una varita mágica” que al decir la palabra “abracadabra” va a materializar ante ustedes un maletín lleno de dólares, entonces es mejor que renuncien a esta oportunidad.

Muchos de quienes ganarán este premio, tendrán que salirse de su comodidad, de la forma como están acostumbrados a hacer las cosas. Tendrán que salirse de su pereza, de su pasividad, tendrán que estudiar y aprender cosas que tal vez no conocen. De cierta manera, es como si cada uno de ustedes tuviera un carro, un coche, un automóvil al que todos saben encender y conducir hacia adelante y hacia atrás y de buenas a primera se enfrentaran a tener que aprender la mecánica de ese automóvil. 

Es decir, ya no basta con saber encender el automóvil y ponerlo a andar. Ahora es necesario abrir el capó del automóvil y aprender a armarlo y desarmarlo como lo haría un buen mecánico y sé muy bien que esto será una barrera ENORME para muchos de aquellos que serán seleccionados, porque – como ya lo escribí – salirnos de lo conocido, de la pereza, de la comodidad, de la pasividad de nuestra vida, no es algo que nos guste hacer.

De hecho, estimo que menos de la mitad de las personas que lean este artículo, serán capaces de leerlo por completo y de entenderlo correctamente. De igual forma estimo que más del 50% de las personas que reciban el regalo que pienso entregar, lo habrán abandonado en menos de 15 días después de haberlo recibido. De las personas restantes, estimo que pasados 3 meses después de haber entregado este regalo que pienso entregar, menos de un 30% de esas personas elegidas, lo habrán podido aprovechar correctamente y sin embargo y pese a esto, con esas pocas personas es con quienes en realidad me interesa trabajar.

Y sé esto por una sencilla razón. Las caras de cada uno de ustedes lo dice todo y quienes fueron preseleccionados, saben muy bien a qué me refiero. 

Estamos tan acostumbrados a vivir nuestra vida haciendo promesas a los demás y a nosotros mismos, que por lo general nunca o casi nunca cumplimos y si esto no fuera así, la vida de cada ser humano en este planeta, sería todo lo hermosa y maravillosa que debería ser.

Así las cosas, ya lo saben. Aún tienen tiempo para que pasen de las palabras bonitas que suelen – con algo de suerte – decirse a sí mismos, a una acción verdadera y contundente que les permita cambiar y mejorar su vida en general.

Para terminar, si alguno se siente afectado por esto que ha leído, por favor, no se hagan una mala vida por esta razón. 

Recuerden que lo que escribo es tan solo mi opinión personal y esto solo significa que, con casi toda seguridad, la equivocación siempre me acompañará. 

Por favor nunca olviden – y debería sobrar que lo escribiera –, que no soy un maestro, ni un gurú, ni un santo, ni un ángel, ni un extraterrestre, ni nada semejante. Soy solo una persona igual a cualquier otra, con virtudes y defectos y que simplemente trata de aprender a vivir. Nada más que eso.

Así que de antemano mil disculpas a cualquiera que no reciba de buena manera este escrito.

Un buen día para todos.